18 de enero de 2023

Call of Madness

He dejado de entrar sistemáticamente en cualquier mecenazgo lovecraftino, sobre todo los juegos de mesa se van a tener que esperar a pasar por las tiendas para llegar a mi casa ya que estoy cansado de pagar de más por cosas que muchas veces no merecen la pena. Sin embargo alguno de vez en cuando caerá, sobre todo cuando se producen y envían desde la Europa continental, como es el caso del polaco Call of Madness.


Por supuesto si estuviera en polaco tampoco lo habría comprado, pero este era multi-idioma y lo pude coger en inglés, lástima que no estuviera en castellano porque es de esos juegos en los que hay que leer bastante.


Pueden jugar entre uno y cuatro jugadores, mayores de 14 años, y las partidas rondarán los 20 minutos por jugador, aunque ponle 30 o 40 en las primeras partidas, que como os decía antes hay mucho texto en las cartas y hasta que uno no se las conoce la cosa no fluye demasiado.


Lo publica Czacha Games y se financió en Kickstarter, a base de stretch goals se fueron desbloqueando cosillas chulas y tanto la caja como el contenido son la mar de resultones, con pocas pero buenas miniaturas, componentes de madera, bolsas de tela, etc.


Y a pesar de que hay ya una infinidad de juegos de mesa lovecraftianos este tiene un punto original que no habíamos visto hasta ahora, es un Tower Defense con algo de Deck Building en el que representa que somos sectarios que luchamos por ser los primeros en invocar al Primigenio de turno mientras sorteamos las hordas de investigadores que se lanzan contra nuestra base de operaciones.


Para ello contaremos con un mazo de cartas inicial muy sencillo al que iremos añadiendo cartas de los diferentes Primigenios que haya en juego (hay varios de los que se eligen unos pocos para cada partida, lo que le da buena rejugabilidad), con esto iremos teniendo cada vez más y mejores cartas con las que esencialmente deberemos matar o retrasar a los investigadores que estén intentando atacar nuestra base mientras curamos y hacemos avanzar a los que atacan las bases del resto de jugadores.


Resulta entretenido sin ser nada del otro mundo, a pesar de que hasta ahora he jugado poco se ve un juego que será ágil cuando dominemos las diferentes cartas y acciones que se pueden realizar, al final hay que saber combinar los diferentes elementos con los que contamos para protegernos mientras atacamos, y es difícil encontrar el equilibrio en las primeras partidas. Cuenta con un curioso modo de juego en solitario con un dado y un mazo de acciones automáticas, nunca he sido muy de jugar en solitario pero este resulta entretenido, supongo que porque de momento no he logrado ganarlo.

PS: Una de las recompensas del mecenazgo era un libro de arte firmado por los autores, como podéis ver las ilustraciones son muy chulas.



  



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