15 de abril de 2020

Phoenix Point

Muchas veces cuando nos preguntan por nuestro videojuego favorito tendemos a sobrestimar aquellos que más recientemente nos han dado horas de vicio, yo he tenido muchísimos juegos a los que les he dado caña y con los que he disfrutado tremendamente, pero si me preguntan por mi favorito enseguida hay uno que me viene a la mente, con más de mil horas jugadas en Steam (a las que habría que sumar las jugadas en la PS4) el juego de mis amores es X-COM 2. Nunca he sido de volver a jugar a videojuegos que me he terminado, pero ya desde el X-Com Enemy Unknown esta saga me ha robado el corazón y la he jugado y rejugado hasta la saciedad, completándolo cuando no sé a qué jugar o aprovechando la excusa que me daba la aparición de cualquier nuevo DLC (o incluso por probar algún MOD específico) para darle caña nuevamente. De hecho me he tirado media vida probando juegos de estrategia por turnos intentando encontrar alguno que me ofreciera algo remotamente parecido a lo que me ofrece X-COM 2, y tras muchas decepciones por fin he dado con uno que promete: Phoenix Point.


De hecho entré en el mecenazgo (tres cuartos de millón recaudados en la plataforma Fig) de este juego porque leí que el autor era Julian Gollop, el creador de la saga X-Com. Y aunque el viaje a lo largo del proyecto no ha sido sencillo ni carente de polémicas al final Snapshot Games nos ha dado lo que prometía (y además en castellano, no a nivel de voces pero si con todos los textos traducidos).


Aunque debo confesar que el juego en un principio me decepcionó, no en su parte técnica que es excelente, pero ya os he hablado en otras ocasiones de lo malo que soy jugando, y cuando en las primeras partidas en dificultad fácil me dieron caña por todas partes tuve que reconocer que el juego me superaba, se me hacía todo muy cuesta arriba y a pesar de que logré avanzar bastante las misiones más complicadas de la trama principal era incapaz de superarlas, por lo que acababa perdiendo la partida.


Pero todo eso ha cambiado recientemente, cuando vi que aparecía el primer DLC (Blood and Titanium) le di otra oportunidad y empecé una nueva partida, y cual no sería mi sorpresa al ver que se me daba mucho mejor y que avanzaba la partida con una solvencia inaudita, aunque luego descubrí que hubo muchas quejas por la dificultad del juego y los creadores recalibraron ciertos aspectos del mismo para hacerlo más asequible, se nota que en las misiones hay menos enemigos (en dificultad fácil por lo menos) y aunque la IA sigue teniendo la misma mala leche (los enemigos no disparan al azar, disparan allí donde duele y si un soldado está herido harán todo lo posible para que caiga) los ajustes hacen que el juego sea mucho más disfrutable para los que priorizamos disfrutar de la trama sin sufrir lo indecible en cada batalla.


Otra cosa que me sorprendió de este videojuego al principio, y que es a la postre por lo que lo traigo al blog, es que sus elementos lovecraftianos son evidentes. No podemos decir que tenga relación alguna con los Mitos de Cthulhu pero ya desde la introducción vemos que el apocalipsis en que nos sitúa el juego podría haber salido de la mente del propio H.P. Lovecraft: un virus empieza a contaminar el planeta y hace que la gente empiece a sentir masivamente una llamada hacia el mar, aquellos que se adentran en las profundidades regresan transformados en monstruos que precedidos por una niebla roja arrasan ciudades y reclaman aquello que antes era nuestro. El Proyecto Phoenix es una antigua organización que debía activarse cuando el mundo estuviera en peligro, sin embargo solo nuestra célula parece haberse activado, con una base (Phoenix Point), unos pocos soldados y un vehículo deberemos empezar a hacer frente a esta plaga mientras intentamos averiguar qué ha ocurrido con el resto de bases de nuestra organización.


La cantidad ingente de cosas que deberemos controlar en este juego puede abrumarnos al principio, la pantalla principal la forma el Geoscape, una imagen del globo terráqueo en la que veremos todos los recursos de que disponemos, el avance de la niebla roja (cuando cubra todo el planeta se acabó), las misiones, investigaciones y construcciones que tenemos en marcha, y el calendario (que podemos pausar o hacer avanzar a diferentes velocidades), nuestra visión del mundo que nos rodea es muy limitada en un principio, deberemos ir escaneando las zonas que descubramos para ir ampliando esta visión e ir así encontrando nuevas ciudades, bases, guaridas pandorianas (los invasores) y un sinfín de sorpresas que se nos irán revelando paulatinamente.


Empezaremos gestionando una sola base, en la que podremos construir diversas estructuras que nos beneficiarán de una forma u otra, de hecho como os decía antes pueden abrumar un poco las posibilidades iniciales, porque habrá muchas cosas que construir y gestionar y muy pocos recursos con los que hacerlo. Y a medida que vayamos descubriendo nuevas bases la cosa se irá complicando (más mantenimiento a la vista) pero también tendremos nuevos lugares a los que enviar a descansar a nuestros soldados (ahorrándonos así un viaje por medio mundo tras una dura batalla). Las imágenes que os estoy mostrando son de un punto muy avanzado de la trama principal, por lo que a pesar de que a simple vista no hay grandes spoilers sí que es mejor que no las miréis en detalle si no queréis descubrir algunas cosas que no están disponibles en las primeras fases del juego.


Quizá el punto más importante del juego, o por lo menos al que más vueltas le daremos, es a la gestión de nuestras tropas, inicialmente contamos con tres clases (asalto, francotirador y pesada) a la que se unirán más tarde hasta cuatro nuevas (técnico, berseker, sacerdote e infiltrado), podremos bautizar a nuestros soldados (algo que a mí siempre me gusta) y personalizarlos (género, raza, rostro, pelo, voz, etc.), también tendremos que gestionar sus puntos de experiencia para mejorar sus habilidades e incluso para hacerlos multiclase, algo que será esencial para lograr combos que resulten rompedoras en el campo de batalla, y deberemos decidir con qué material equiparlos, teniendo en cuenta que la limitación de peso nos va a castigar mucho y que llevar un cargador de menos puede acabar haciendo que en las misiones más largas tengamos problemas de munición. En las fases más avanzadas del juego podremos mutar a nuestros soldados (hay posibilidades tentaculares tremendas) y tras la aparición del primer DLC también podremos convertirlos en soldados cibernéticos con partes mecánicas.


Otra cosa a gestionar serán las investigaciones, a medidas que vayamos completando misiones y conociendo a nuevos tipos de enemigos se nos irán abriendo nuevas investigaciones que deberemos completar para tener ventajas en el juego y para ir avanzando en la trama principal, desde conocer debilidades de criaturas que nos darán ventaja en el campo de batalla hasta descubrir misiones secundarias que nos permitirán ir averiguando qué está ocurriendo realmente en nuestro planeta.


Y lo que va a ser una sangría tremenda de recursos es la producción de materiales: armas, armaduras y vehículos principalmente. Las armas se irán quedando obsoletas a medida que vayamos descubriendo nueva tecnología y además cada soldado será eficiente con algunos tipos de arma específicos, por lo que aprender a gestionar esta producción va a ser clave para no llevar al campo de batalla a tipos poco eficaces. La protección evidentemente también es clave, pues no solo se trata de llevar puesto "lo más gordo" sino de saber dar con la protección que conviene a cada tipo de soldado (ya que según que armaduras modifican entre otras cosas el movimiento o la puntería), por ejemplo si tenemos un soldado que tiene que llegar rápido a los morros del enemigo para destrozarlo de un escopetazo habrá que buscarle protección ligera (aunque ojo con dejarlo en primera linea con esa protección, porque como lo flanqueen nos lo van a matar fácilmente), o si tenemos a un granadero con el que no importa demasiado la puntería podremos ponerle armaduras tochas que penalizan la movilidad y la puntería. Con los vehículos pasa algo similar, en esencia los hay de dos tipos: los aéreos y los terrestres, los primeros sirven para transportar a la tropas por el planeta y aquí deberemos encontrar el equilibrio entre velocidad y capacidad de carga, porque inicialmente podremos llevar seis soldados en una nave, pero otras más adelante nos ofrecerán la posibilidad de llevar siete u ocho unidades mermando la velocidad, pero mucho ojo porque hay situaciones contrarreloj en las que esa velocidad puede marcar la diferencia entre llegar o no llegar a tiempo de salvar una base. Los vehículos terrestres son difíciles de gestionar, los hay de diferentes tipos y podemos utilizarlos en el campo de batalla para mover rápidamente a las tropas, para utilizarlos de cobertura o para alojar en su interior a soldados heridos, sin embargo su gestión es complicada y son muy caros, por lo que en lo personal suelo dejarlos para defensa de las bases. Además a estos vehículos terrestres se les unirán en fases tardías bestias aparentemente indómitas que aprenderemos a controlar para utilizar en el campo de batalla, un recurso que aún no me he decidido a explotar.


Tenemos tres facciones principales con las que aliarnos o enfrentarnos, nuestro rival común serán los pandorianos, pero la diplomacia con estas tres facciones va a ser clave para el desarrollo de la partida, de hecho es el elemento del juego que le da una tremenda rejugabilidad, ya que las tres facciones suelen estar a malas entre ellas y en ciertos puntos deberemos decidir a cual ayudar y a cual perjudicar, eso combinado con que a ciertas alturas de las alianzas compartirán con nosotros sus investigaciones hace que estar aliados con una u otra nos de acceso a tecnología muy diferente en la recta final del juego, en mi experiencia es imposible acabar bien con todos, si se gestiona bien se puede acabar compartiendo tecnología con dos de tres, pero no siempre será posible. Para afianzar estas alianzas hay varias posibilidades, las más evidentes pasan por realizar las misiones que nos encargan y por defender sus fortalezas cuando sean atacadas por los pandorianos (y por otras facciones cuando empiece a haber guerras entre ellas), además con el primer DLC se añade una nueva facción de criaturas cibernéticas que le da una nueva vuelta de tuerca a un mundo repleto de hostilidades. Otra cosa vital de estar a bien con las facciones es que nos permitirá realizar un par de acciones en sus fortalezas: comerciar por recursos (algo vital para conseguir rápidamente algún recurso que necesitemos para construir) y reclutar soldados (para tener acceso a las nuevas clases e incrementar así nuestro ejército). También cabe destacar que si no podemos conseguir las cosas por las buenas podemos intentarlo por las malas, infiltrándonos en sus fortalezas para robar lo que nos haga falta.


Como suele ser habitual en este tipo de juegos disponemos de un compendio en el que se recopila todo lo que vamos aprendiendo, para que veáis que no os engañaba mirad de donde provienen los pandorianos, ¿os parece lo suficientemente lovecraftiano? El lore del juego es muy rico, al finalizar algunas misiones hay cinemáticas que nos desvelan lo que vamos descubriendo de la trama y la verdad es que hay ciertos momentos en los que cuesta tomar según qué decisiones, el juego logra que empatices y eso es un gran punto a su favor, otro que tardaremos en descubrir es el final, me ha encantado, tanto la misión en sí como sus repercusiones.


Y por último vamos a ver el elemento de este videojuego en el que pasaremos más horas, el que al final hace que un juego de este estilo valga o no valga la pena: el campo de batalla. Lo primero que cabe destacar es que es un juego de estrategia por turnos, los soldados tienen cuatro puntos de acción y una serie de puntos de voluntad con los que realizar sus estrategias y activar sus aptitudes especiales, cuando hayamos finalizado el turno le tocará a nuestros rivales y seguiremos así hasta completar el objetivo, seamos derrotados o salgamos por patas utilizando una evacuación de emergencia. No es un juego en el que vayamos a realizar todas las misiones, algunas ni siquiera las aceptaremos (por ejemplo porque la hayamos descubierto con un grupo de soldados muy mermados) y otras las dejaremos a medias cuando descubramos que suponen un reto imposible de superar en ese momento o con ese escuadrón, es algo que debemos aceptar con normalidad, es mejor perder a un soldado que a un escuadrón completo.


Hay multitud de tipos de misiones, las más típicas sirven para conseguir suministros (tan escasos y preciados) y consistirán en proteger cajas que nuestros enemigos querrán destruir y las de proteger estructuras o evacuar a ciudadanos de fortalezas que estén siendo atacadas, pero más allá de eso tendremos emboscadas, podremos atacar guaridas pandorianas, y realizar misiones de la trama principal o secundarias que irán desde limpiar de enemigos una zona, recuperar algún objeto o escoltar a algún vip hasta una zona concreta, hay la suficiente variedad como para que no se haga tedioso y repetitivo, y con los enemigos pasa un poco lo mismo, no hay demasiada variedad pero deberemos aprender a hacer frente a cada uno de ellos de manera óptima o las cosas se nos irán complicando tremendamente cuando su número aumente.


Evidentemente hay "jefes" en algunas misiones que pondrán a prueba a nuestros escuadrones, normalmente a todas estas misiones iremos con seis soldados, que son los que caben inicialmente en las naves, pero en la mayoría de las misiones pueden ir hasta ocho soldados (que es la capacidad máxima de las naves más adelante), hay una cosa que yo descubrí tarde pero que resulta muy útil al principio, se pueden enviar varias naves a una misma misión y cuando la activemos podremos mezclar soldados de las diferentes naves para formar una escuadra de ocho, si lo hubiera sabido antes seguramente habría podido superar las misiones más complicadas, me harté de repetirlas con seis soldados y no hubo manera. Al final del juego hay misiones que permiten hasta nueve soldados.


En el campo de batalla son vitales las coberturas y el uso de todos los recursos que tengamos a nuestras manos, incluso habiendo bajado la dificultad general del juego si dejamos a un soldado sin armadura pesada expuesto a un flanqueo es más que posible que nos lo maten en un solo turno, o que le mutilen alguna parte del cuerpo y eso lo convierta en un cero a la izquierda por el resto de la misión (si te inutilizan uno de los dos brazos y llevas un arma de dos manos...), por lo tanto la clave del juego está precisamente en saber aprovechar todo lo que nos ofrecen los escenarios: dejar a los francotiradores alejados del frente y a ser posible en posición elevada con mucha visibilidad, aprovechar las armas pesadas para destruir las coberturas de los enemigos y exponerlos a los tiradores, y hacer que nuestros soldados más veloces flanqueen a sus rivales sin quedar expuestos. En fases avanzadas del juego, cuando se incorporen nuevas clases con poderes mentales y tecnología avanzada las posibilidades tácticas se multiplican, y no solo las nuestras, porque nuestros rivales también mejoran y mucho, por ejemplo habrá un antes y un después de nuestro primer encuentro con una sirena, ¡la madre que las parió!


En fin, estoy enamorado de este juego, tengo clarísimo que lo jugaré completo cada vez que salga un nuevo DLC porque a pesar de que ya lo he completado sigo teniendo muchas ganas de acabar de explorar sus muchísimas posibilidades (de hecho en la última partida he encontrado una combo de habilidades devastadora con multiclase asalto berseker, que si además la combinamos con el frenesí de un sacerdote nos permite limpiar de criaturas pequeñas (pero molestas) medio mapa en un asalto, ¡brutal!). Si sois de este tipo de juegos tanto como yo os recomiendo darle una oportunidad a Phoenix Point, tras años de búsqueda yo por lo menos he encontrado un sustituto digno del X-COM 2.

PS: Si me pusiera a jugar a un juego nuevo ahora mismo debería jugar casi 50 días sin parar para llegar a acumular el número de horas que he estado en mi vida con X-COM 2, en Epic en vez de las horas nos dan los días, y de momento a Phoenix Point llevo jugados seis, que son unas 150 horas, ¡no está mal! Ojalá algún día esas 150 horas se hayan convertido en más de mil, porque será señal de que esto no es solo amor a primera vista.


PPS: Echadle un vistazo al trailer del juego, ¡a mí me fascinó en su día! Hay muchos vídeos en el canal oficial del juego, especialmente interesantes los que nos presentan el proyecto Phoenix o las diferentes facciones.



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