26 de junio de 2019

H.P. Lovecraft Nightmare Countries: The Master of Cosmic Horror

Entre las muchas biografías de H.P. Lovecraft que tenemos en inglés, seguramente las que más destacan son las de S.T. Joshi, y entre todas ellas seguramente esta que reseño hoy es la más llamativa, por ser un enorme libro de 160 páginas en formato apaisado, un coffee table book que dicen los ingleses.


El grosor extraordinario de las páginas hace que abulte y pese más de lo que parecería indicar su número de páginas, lo publicó en 2012 la editorial Metro Books y se puede conseguir muy bien de precio, es uno de esos libros que durante un tiempo era tremendamente difícil de conseguir sin dejarse un ojo de la cara y que ahora veo cada vez más a menudo y en más lugares por un precio decente.


Hay un par de cosas que hacen que para mí esta biografía sobresalgan del resto:


Primero que incluye muchas fotografías que aunque posiblemente ya tenemos vistas ahora podemos disfrutar plenamente gracias al tamaño de la página, me refiero sobre todo a fotografías de documentos que en formato libro no podían leerse, y aquí si que podremos hacerlo.


La segunda virtud de este libro es que tengo la sensación de que S.T. Joshi lo ha escrito pensando en un público más casual que otras biografías más densas, no escatima en detalles pero si que lo escribe todo de forma más cercana y amena que en otras ocasiones, algo que yo personalmente agradezco mucho porque las pocas veces que he intentando enfrentarme a libros de este estilo en inglés he acabado visitando las Tierras del Sueño.


El primer capítulo, A Genuine Pagan, nos habla sobre todo de los precedentes familiares de H.P. Lovecraft y de su tierna infancia, cuando leía los cuentos de los Hermanos Grimm con cuatro años o Las mil y una noches con cinco, sería entonces cuando Abdul Alhazred acudiría a su mente para no abandonarla jamás. Es significativo comprobar que la mayoría de las conclusiones a las que llega el autor de este libro están basadas en confesiones del propio H.P. Lovecraft, podemos leer en estas páginas multitud de citas procedentes de las miles de cartas de escribió.


De pocos años más tarde es la teoría que justifica la aversión al sexo que tenía H.P. Lovecraft, su curiosidad por la ciencia le llevó a descubrir todos los secretos de la reproducción humana a los ocho años, y según reconocería él mismo epistolarmente años después, eso le hizo perder todo el interés en el tema. De estas páginas no solo extraemos curiosidades sobre su vida sino también sobre su obra, descubrir por ejemplo la ilustración de Gustave Doré para El paraíso perdido de John Milton que inspiró sus ángeles descarnados de la noche es tremendamente enriquecedor.


El segundo capítulo se titula Eccentric Recluse y en él se nos habla desde sus tiempos de instituto hasta sus primeras publicaciones literarias.


De hecho antes de escribir relatos ya había escrito artículos para revistas (o fancines) astronómicos, en estas páginas se profundiza además en la tortuosa relación del autor con su madre, se nos muestra el testamento que escribió con poco más de veinte años y descubrimos, en definitiva, que este hombre era todo un elemento.


En el tercer capítulo, A Renewed Will to Live, descubrimos cómo H.P. Lovecraft entra a formar parte de la National Amateur Press Association y cómo a partir de ahí cada vez dedica más y más tiempo a escribir, digamos que en esta época es donde florece su verdadera pasión.


Aquí tenemos otro de esos episodios que lo podían haber cambiado todo, a pesar de que Lovecraft era un enclenque enfermizo se enroló en la Rhode Island National Guard cuando los EE.UU. se implicaron en la I Guerra Mundial, podemos leer un estremecedor texto escrito por el autor en el que explica por qué quiere ir a la guerra y cómo seguramente una bala o un fragmento de metralla pondrá fin a todo. Parece que se alistó a escondidas de su madre y cuando esta se enteró intervino (utilizando su apellido, Phillips, influyente en la zona) para que declararan a su hijo inútil y le ahorró así un viaje a Europa... y, posiblemente, salvó su vida. Me estremece comprobar como un hecho así, una madre contradiciendo la voluntad de su hijo por su propio bien, logra cambiar totalmente MI vida, nuestras vidas en muchos casos, ¿os imagináis que H.P. Lovecraft hubiera fallecido antes de escribir todo lo que escribió? Desde luego mi vida hubiera sido diferente, no tengo la más remota idea de lo que estaría haciendo ahora mismo en lugar de estar escribiendo en mi ordenador sobre él...


A continuación llegamos a New York Exile, donde comprobamos que su matrimonio con Sonia Greene y su traslado a Nueva York fueron seguramente dos de los episodios más oscuros de su vida, el hecho de que H.P. Lovecraft se casara con una judía demuestra que desde luego racista del todo no era, parece que el autor soportaba o aceptaba a los inmigrantes que, como su esposa, sabían adaptarse y aceptaban la forma de vida del nuevo mundo al que viajaban, pero detestaba o aborrecía a aquellos que lo hacían con la mente cerrada e insistiendo en traer con ellos viejas costumbres y tradiciones que eran extrañas y debían quedar, según su parecer, en sus países de origen.


En estos años H.P. Lovecraft ya está escribiendo profesionalmente, bueno, ya sabéis, todo lo profesionalmente que el autor llegó a escribir durante su vida (publicando en revistas weird), una de las cosas que más me fascinan de estas páginas es descubrir las diferentes semillas que se plantaron en su cabeza para acabar escribiendo los relatos que escribió, The Horror at Red Hook es un gran ejemplo de ello.


Las cosas empiezan a ponerse interesantes para los fans de los Mitos de Cthulhu en The Creation of Cthulhu, si su viaje a Nueva York y su matrimonio fueron un episodio negro de su vida sin duda su regreso a Providence y su separación marcarían un antes y un después en el sentido contrario, su vuelta a casa le inspiró y empezó a escribir, a partir de 1926, sus mejores relatos.


Esta época también sería la más prolífica epistolarmente, de hecho a lo largo de estas páginas encontramos varias cartas escritas a sus colegas explicándoles ideas que desembocarían en algunos de estos relatos, además de dibujos e ilustraciones que mostraban lo que tenía en mente. Ver la primera página del manuscrito de En las montañas de la locura es tremendamente evocador, tan llena de tachones y correcciones que nos hace pensar en lo difícil que tenía que ser en aquellos tiempos escribir una y otra vez a mano hasta encontrar la fórmula perfecta. 


El penúltimo capítulo es A Shadow over Life, y aquí leemos sobre los últimos años de vida del autor, unos años duros, aunque de hecho creo que nunca tuvo una época que no fuera dura, pues incluso sus relatos más famosos como La llamada de Cthulhu fueron rechazados en más de una ocasión antes de ser publicados, y nunca fueron realmente aclamados por nadie más que por sus propios amigos y corresponsales. Este capítulo empieza con la reflexión que hace H.P. Lovecraft tras recibir críticas feroces y hostiles de En las montañas de la locura, su conclusión es que lo mejor que puede hacer es poner fin a su carrera como escritor, una carrera que él mismo considera ficticia e ilusoria.


Es muy triste descubrir cómo algo que ha acabado siendo tan grande no fue apreciado en absoluto en vida del autor, se que es algo que hemos visto mil veces con artistas de las mas diversas disciplinas, pero en este caso, con este hombre, me produce un tremendo pesar. En estas páginas encontramos más versiones manuscritas de las primeras páginas de algunos relatos como The Shadow out of Time, y, tristemente, también podemos ver cosas como su certificado de defunción y lo difíciles que fueron sus últimos meses.


El último capítulo, que es más bien un epílogo, es The Mythos Grows, aquí vemos lo que ocurrió tras su fallecimiento, cómo algunos de sus mejores amigos (unos personales como Frank Belknap Long o R.H. Barlow, otros por correspondencia como August Derleth) se encargarían de recuperar y perpetuar su legado, de cómo empezarían a publicarse antologías de sus relatos y cómo llegarían incluso a filmarse películas basadas en su obra, algo que el autor jamás hubiera podido ni siquiera soñar en vida.


El resto ya lo sabéis, lo que es H.P. Lovecraft y lo que significa su obra hoy en día no es baladí, y hay que reconocer que no es solo mérito suyo, hubiese sido un drama que ninguno de sus allegados hubiera tomado la decisión de recuperar su obra y darla a conocer, por eso a mi August Derleth es un tipo al que profeso devoción, habrá hecho lo que haya hecho con el legado de su amigo pero estamos aquí gracias precisamente a eso, si él no hubiera tomado las decisiones que tomó igual lo hubiera hecho algún otro, pero fue él el que lo hizo y por eso tendrá mi eterno agradecimiento.


Respecto a S.T. Joshi, el autor de estas páginas, es uno de los eruditos más respetados y de los autores más cualificados para hablar de la obra de H.P. Lovecraft, no solo ha escrito diversas biografías sino que las ha documentado con multitud de fuentes fidedignas.


Esta es una de las biografías que más me han gustado del autor, me la he leído medio en diagonal como suele ser habitual en mí pero he disfrutado mucho viendo documentos tan interesantes como las notas de H.P. Lovecraft en el instituto, sus certificados de matrimonio o defunción, sus bocetos, ilustraciones, manuscritos de las primeras páginas de sus relatos más famosos y retazos de sus cartas más significativas.

PS: En Abril de este año estuve compartiendo en mi Instagram varias fotos de este libro con algunos de los documentos que más me llamaron la atención, echarle un ojo si queréis saber más.

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