27 de marzo de 2017

La Cosa

Este es uno de esos juegos de mesa que ya tenía en inglés (Stay Away!) y a los que he jugado menos de lo que me hubiera gustado, a ver si ahora que Edge Entertainment lo ha traducido puedo darle más caña, aunque lo dudo porque si lo he jugado poco ha sido porque es de esos juegos que requiere un buen número de jugadores (mínimo 4 según los autores, aunque yo lo elevaría a 6 para que las partidas tengan más enjundia) y yo no tengo tantos amigos.


Los autores lo recomiendan para mayores de 14 años, y como os decía antes es de esos juegos para muchos jugadores (máximo 12), con partidas que rondarán los tres cuartos de hora (15-60 minutos según la caja), es cierto que es un juego que puede acortarse o alargarse dependiendo de lo rápidamente que empiecen las hostilidades, en grupos prudentes la cosa se alargará y en grupos de gatillo fácil puede resolverse una partida muy rápidamente.


En el juego, que está basado en la película La Cosa de John Carpenter, seremos humanos aislados en una remota base antártica que iremos siendo infectados por La Cosa, un rol que desempeñará uno de los jugadores al azar y en secreto, los humanos deberán chamuscar a esa criatura con el lanzallamas antes de que esta los infecte a todos, y los infectados deberán protegerla para ganar la partida.


Por lo tanto estamos ante un juego de roles ocultos en el que la mecánica es muy sencilla y toda la chicha la ponen las cartas (con las que podremos mirar cartas de otros, enseñar las nuestras, cambiar de sitio en la mesa, etc.) y, sobre todo, los jugadores, ya que es de esos juegos en que gran parte de la gracia recae en que los jugadores se impliquen, se emparanoyen y no estén tranquilos en ningún momento, sabiendo que tarde o temprano si no toman la iniciativa acabarán siendo infectados.


Para infectar a los humanos La Cosa contará con unas cartas de infección que están en el mazo, cartas que solo te infectan realmente si te las pasa otro jugador (y solo te las puede pasar La Cosa) pero que puedes coger del mazo en cualquier momento (si la coges del mazo no estás infectado, pero como hay ocasiones en que otros jugadores te van a mirar las cartas despertarás sospechas si tienes una de infectado), al final la única arma de que dispondrán los humanos para acabar con La Cosa es el lanzallamas y cuando nos llegue uno estaremos muy tentados de utilizarlo inmediatamente, pero no sabemos cuando dispondremos de otro por lo que en el equilibrio entre ser cauto o desatar los siete infiernos está una de las claves de este juego, quemar a alguien lo deja fuera de la partida pero os aseguro que seguir de espectador no le quita la gracia a este juego de enredos y caos, si los humanos queman a La Cosa han ganado, sin embargo si La Cosa logra infectar a todos los humanos habrá ganado ella y todos los infectados (menos el último humano que haya sido infectado, alguien tenía que perder), aunque en este juego ganar o perder es lo de menos, lo memorable es jugarlo y descubrir posteriormente lo que las partidas dan de si.


Precisamente este fin de semana lo he estado jugando (aquí) y se dio uno de los casos que cuando me leí las reglas pensé que podía ser uno de los principales agujeros de este juego, ¿qué pasa si La Cosa no tiene cartas de infección? Pues curiosamente la partida no se vino abajo en absoluto, éramos nueve jugadores y media mesa se enfrentó a la otra media porque todos estábamos convencidos (tras una serie de intercambios de cartas sin ser infectados) de que La Cosa estaba en la otra punta de la mesa, no acabó en masacre indiscriminada porque los que tenían lanzallamas optaron por la cautela, pero os aseguro que si llegan a estar repartidos de otra manera la partida hubiera acabado en carnicería a pesar de que La Cosa no pudo infectar a nadie. En fin, lo he jugado poco pero lo poco que lo he jugado me lo he pasado muy bien, ¿qué más se puede pedir?



4 comentarios:

Unknown dijo...

Lo probé en unas jornadas y no me gustó mucho. Las ilustraciones y la idea del juego están muy bien, pero luego hay muchas cartas como las de atrancar puertas o poner en cuarentena que con tanto "evento" no sirven para casi nada, o esa impresión me dio.

Tristán Oberón dijo...

Las cartas que se juegan en la mesa (barricadas por ejemplo) tienen una utilidad muy inmediata, si tienes una barricada y crees que La Cosa está sentada a tu lado te será muy útil bajarla aunque te vaya a durar poco tiempo en mesa, igual te da tiempo a largarte de ahí o evita que seas infectado al final de tu turno. Está claro que hay cartas más útiles que otras, pero como dicha utilidad depende de la situación concreta en que te encuentres en la partida se hace muy difícil juzgar que una carta sea buena o mala, más bien serán oportunas o inoportunas.

JDA dijo...

En mi opinión este juego tiene un punto a favor a diferencia de otros juegos de roles ocultos. Aquí hay un "malo" y el resto "buenos". El malo va cambiando poco a poco a los "buenos" en "amigos del malo". Cuando infectan a alguien, para que el juego mantenga interés requiere cierto "faroleo" para que de repente en vez de intentar eliminar al malo tengas que defenderlo sin que se note... Es un juego donde prima más la experiencia del juego que el resultado de si han ganado o perdido los humanos, con buena compañia y en el ambiente adecuado creo que es un buen juego (independientemente de quien sea el ganador o perdedor)...

kalamardo dijo...

Tiene muy buena pinta. Molaría probarlo y la temática es de lo más atractiva.

PD, no señor Google, no soy un robot. Posiblemente un infectado. XD