16 de marzo de 2018

2017 - La forma del agua (The Shape of Water)


Vaya triunfada la de Guillermo del Toro con su película La forma del agua, después de cosechar premios por medio mundo se ha acabado haciendo con cuatro Oscars incluyendo mejor película, mejor director y mejor banda sonora (¡estaba nominada en trece categorías!), total, que tenía que verla. Fui siendo muy consciente de que el bicho no era Abe Sapien, que el trasfondo no tendría nada que ver con los Mitos de Cthulhu y que era, en forma y fondo, una historia de amor entre una chiquilla muda y un Profundo (me vais a permitir llamarlo así, por cosillas mías :), por lo tanto logré mantener las expectativas más bien bajas, pues ya hace años que mi criterio no coincide demasiado con el de los miembros de las academias cinematográficas, y yo, de Guillermo del Toro, espero con más ansias su Pacific Rim 2 que esta, aunque por ejemplo El laberinto del Fauno (la que tenía como referente tras ver el trailer de La forma del agua) me encantó y, en general, no es un director que me decepcione.

¿Qué me ha parecido? Podríamos definir esta película como un todo en uno, porque sin duda tiene momentos para todos los gustos, sobre una base de fantasía muy característica del director ha sabido construir una historia muy sólida con detalles y guiños hacia todos los géneros cinematográficos, es un pastiche que le ha quedado la mar de bien y que, creo, basa su éxito en que gustará a todos por igual, a unos porque la parte más fantástica mola mogollón (con sus dosis de acción y sus momentos de apartar la vista de la pantalla) y a otros porque la historia de amor es preciosa y creíble* a pesar de que lo tiene todo en contra, además tiene su malo muy malo, sus buenos muy estereotipados con los que te identificas rápidamente, y un montón de detalles simpáticos que te transportan por una montaña rusa de emociones realmente entrañable. Debe ser difícil dar con la fórmula del éxito en Hollywood, pero cuando ves esta película te quedas con la sensación de que Guillermo del Toro lo ha hecho, y que todos los premios y alabanzas que está cosechando son bien merecidos. Ahora, Guillermo, es el momento de insistir con la película de Las montañas de la locura, tras ver La forma del agua tengo más claro que nunca que si alguna vez veo una película grande basada en los Mitos de Cthulhu será contigo a los mandos, ¡y seguro que no nos decepcionarás!

* SPOILERS: Creíble sobre todo porque cualquier persona un poco perspicaz se dará cuenta en el minuto uno que esas cicatrices en el cuello de la chica son branquias (mi duda al verlas fue si serían vestigiales o por desarrollar), por lo tanto esa especie de "Marca de Innsmouth" (lo entrecomillo las veces que haga falta, porque insisto en que no se habla de los Mitos de Cthulhu para nada en esta película) en su cuello justifica plenamente ese amor a primera vista que no tendría por donde cogerse si no caemos en este detalle (o si, pero habría que recurrir a la manida fórmula de La bella y la bestia).




PS: ¿Cómo no vamos a querer a un director de cine con una biblioteca que tiene esta pinta? (Si, con estatua tamaño real de H.P. Lovecraft incluida)


PPS: 81 años hizo ayer de la muerte del maestro, siempre estarás en nuestro recuerdo.

PPPS: Esta tarde en Madrid tenéis cita con los Mitos de Cthulhu, ¡corred insensatos! Más info en Leyenda.net.


3 comentarios:

tomasofen dijo...

**SPOILERS**

Una película entretenida, mezcla bizarra de Amelie y ET. Por alguna razón, imagino que estética, el hecho de que una chica se lo haga con un monstruo marino está mejor visto que el que un pastor se lo monte con su cabra.

Yo no comparto la visión de que las marcas del cuello de la chica fueran branquias vestigiales, sino más bien heridas que la dejaron muda, y que una hipotética "curación mágica" del "Profundo" las hace devenir en aparatos respiratorios, pero esto siempre BAJO LA IMAGINACIÓN DEL NARRADOR DE LA VOZ EN OFF, que los ve desaparecer en el agua y no sabría ya más de ellos, queriéndonos vender su idea edulcorada: Esa relación submarina tiene menos futuro que la del narrador con el chico del bar, pero el director quiso regalarnos un vivieron felices y comieron perdices.

Runeblogger dijo...

La película no me gustó mucho.
Pero estoy 100% de acuerdo con el señor Oberon. Esas marcas en el cuello son una clara señal de su herencia genética y seguro que algún abuelo venía de un pueblecito costero llamado Innsmouth, así que la chica estaba predestinada.

Su mudez solo es una excusa para explicar esas marcas.

:)

kalamardo dijo...

Marca y calidad mínima esperada de este gran director. En cuanto a una mínima opinión personal: me esperaba más.