Esta novela gráfica, Batman: Ciudad de locura, me ha flipado. Llegué a ella por su rollo tentacular y tras haber leído que contenía una buena dosis de horror cósmico, pero me ha flipado por muchas cosas más, es de lo mejorcito que he leído de Batman en mucho mucho tiempo.
De hecho, ya sabréis que no es la primera incursión de Batman en el mundo del horror cósmico de H.P. Lovecraft. Os hablé hace un tiempo de Batman: La maldición que cayó sobre Gotham (que incluso tiene película de animación: Batman: The Doom That Came to Gotham), pero esta Ciudad de locura es otra cosa, algo mucho más serio y redondo.
Y eso que os aseguro que cuando vi que eran 176 páginas y costaba casi 40 euros pasé olímpicamente de comprarla, aunque luego coincidió que llegó principios de mes y que leí en algún lado que era en formato absolute y, afortunadamente, decidí darle una oportunidad.
Para que os hagáis una idea, el tamaño de la página es de 32 x 25 centímetros, mucho más que cualquier novela gráfica regular. Y podríamos decir que esta es la obra maestra de Christian Ward, un autor al que no conocía y que me ha enamorado, sin duda ha sabido mezclar de una forma magistral el popular hombre murciélago con el horror cósmico lovecraftiano.
Y además lo hace con un arte que me ha recordado a dos grandes, nada menos que Bill Sienkiewicz y Dave McKean, dos artistas a los que adoro y que aquí Ward homenajea sin ruborizarse. De hecho es curioso porque las ilustraciones de este libro van desde algo muy normalito hasta otras epiquísimas que sin duda merecen el tamaño de página que le han dado.
La historia, que podéis leer resumida en la contraportada, nos lleva a una Gotham enloquecida por la influencia de algo conocido como la Gotham Debajo, una especie de reflejo oscuro y loco de la ciudad y las personas que habitan la superficie, por supuesto, con Batman tentacular incluido.
Pero os garantizo que la cosa no se queda en cuatro tentáculos, la forma en que Ward capta el horror cósmico es magistral, la locura está presente de manera constante y la trama te atrapa y evoluciona en un viaje flipante que me ha sabido a muy poco.
Pues la única pega que tiene este libro es el que tienen prácticamente todas las novelas gráficas, la relación precio/horas de diversión queda muy desproporcionado, pero en este caso hubiera pagado el doble por disfrutar de esta maravilla.
En fin, me ha costado, pero no puedo estar más contento de haberme decidido por hacerme con este libro. Obviamente no será una obra maestra a la altura de algunos grandes clásicos de Batman (como Arkham Asylum (en la que el autor reconoce sin rubor haberse inspirado), La broma asesina o El regreso del caballero oscuro), pero Christian Ward ha creado algo que tardaré en olvidar, y que releeré encantado tan pronto eso ocurra. De hecho, esta lectura me ha motivado para recuperar la obra maestra de Grant Morrison y Dave McKean, que afortunadamente también tengo en formato absolute, voy a adentrarme nuevamente en las oscuras sombras del Arkham Asylum...
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