18 de julio de 2018

A Lovecraft Retrospective (2/3)

A Lovecraft Retrospective (1ª parte), A Lovecraft Retrospective (2ª parte) y A Lovecraft Retrospective (3ª parte)

Sigo reseñando la antología gráfica de Centipede Press, A Lovecraft Retrospective, y empiezo con la contraportada, una ilustración que seguramente sonará a los fans de La Factoría ya que esta se utilizó como portada en El ciclo de Nyarlathotep, de hecho la ilustración de la portada que pudisteis ver en la foto-reseña anterior (aquí) también se utilizó en otra antología: Los discípulos de Cthulhu.


Un par de cosas que cabe destacar de este libro, además de su tamaño y peso, es el más que reseñable grosor de las páginas y el hecho de que se haya trabajado con originales, lo que hace que las ilustraciones sean magníficas en todos los casos, no hay ni una sola imagen que se vea mal a pesar de que en la mayoría de las ocasiones han sido impresas a un tamaño muy superior que para el que fueron concebidas.


Estos dibujos de Bruce Pennington son una prueba del salto de calidad que os comentaba en la primera parte de la reseña, aunque a estas alturas ya se nota que muchos autores no beben de los relatos originales sino que se inspiran en el imaginario de otros artistas.


Estas ilustraciones de Raymond Bayless son las primeras de este libro que me convencieron de que había hecho una buena inversión comprándolo, es difícil explicarlo pero cuando al ver estas imágenes se me puso la piel de gallina supe las muchas cosas que me iba a aportar este libro. De hecho estas ilustraciones las conocía como portadas de las Dreamlands de Chaosium, sin embargo ahora se que originalmente este hombre las dibujó para una antología de relatos titulada At the Mountains of Madness and Other Novels.


Otra cosa que desconocía es que sería ni más ni menos que Marvel Comics la que más cómics relacionados con la obra de H.P. Lovecraft publicó en aquellos tiempos y que fue, por lo tanto, una de las compañías que mas contribuyó a que su obra se popularizara.


Aunque no todo han sido buenas noticias leyendo este libro, la mala ha sido descubrir algunos de estos cómics a la venta y sentir la necesidad imperiosa de comprarlos, lo que ha contribuido un poquito más a mi ruina.


Vienen un par de cordones marcapáginas, algo que siempre es de agradecer en un volumen de semejantes proporciones.


John Stewart es uno de esos artistas que demuestran las maravillas que se pueden hacer con el blanco y el negro, yo siempre he sido muy de colorines, pero ilustradores como este me reconcilian con el arte más puro.


De hecho la mayoría de las ilustraciones de los artistas de esta época no las había visto nunca, por lo que uno de los ejercicios que he estado haciendo ha sido intentar descubrir qué inspira cada ilustración antes de leer los textos, y tengo que reconocer que en la mayoría de los casos he fracasado estrepitosamente.


Uno de los autores que sí que conocía es H.R. Giger, sobre todo por su contribución en Alien. De hecho los libros de este artista, Necronomicon y Necronomicon II son de los pocos que pueden competir en tamaño con este que tengo entre manos.


Las páginas desplegables son una autentica locura, ver láminas de más de un metro con esta calidad de impresión resulta espectacular.


También aprovecho para enlazar la web de los artistas si la tienen, como es el caso de este Stephen Fabian. Es instructivo y entretenido descubrir cómo estos ilustradores tuvieron su primer contacto con la obra de H.P. Lovecraft.


Y teniendo en cuenta que mucho de ellos nacieron en la primera mitad del Siglo XX son las revistas Pulp las que tienen la culpa de casi todo esto, lo que me lleva a concluir que a pesar de que H.P. Lovecraft pudiera pensar que no estaba dejando un gran legado publicando su obra en esos panfletillos sin duda lo hizo.


Y llegamos a la época moderna, aquí hay un par de temas que lo cambian todo: la tecnología (y con ella las ilustraciones digitales) y el juego de rol Call of Cthulhu y derivados (con el que llegaría una gran demanda de este tipo de ilustraciones).


Curiosamente también es en esta época moderna donde más ilustraciones hay que me llaman la atención positivamente (posiblemente porque despierten en mi recuerdos de libros que tuve durante mi juventud) pero también es donde más ilustraciones hay que no me dicen absolutamente nada, por lo que no puedo dejar de quedarme con la sensación de que actualmente es más difícil crear una obra sobresaliente que hace setenta años, posiblemente porque muchos de nosotros tenemos la sensación de que ya lo hemos visto todo y por lo tanto es más difícil sorprendernos, ¿qué opináis?


Aunque hablando de sorpresas no se qué pintan aquí estas estatuas de las Nightmares of Lovecraft de Sota Toys, no esperaba verlas en este libro aunque me han servido para recordar que debería reseñarlas.


Pero ya me conocéis, yo no voy a centrarme para nada en lo que no me gusta o no me llama la atención positivamente, yo os muestro las ilustraciones que más me gustan o las que más me inspiran.


Como por ejemplo estas maravillas, el de la izquierda es obra de Giorgio Comolo y lo recuerdo de portada en un Graphic Classics y el de la derecha es obra de Cyril Van Der Haegen y sirvió de portada en una revista digital llamada ImagineFX, este último es un artista al que adoro y que bien podría haber tenido una sección propia en este libro, suya es por ejemplo la ilustración que ha adornado el fondo del blog estos últimos años.


Y lo que os decía antes, de esta época los fans del juego de rol Call of Cthulhu reconoceremos muchas de las ilustraciones, por ejemplo la portada de Masks of Nyarlathotep de Lee Gibbons o la de la derecha, que aparece en el interior del Call of Cthulhu 3rd Edition y no estoy seguro de si es del mismo Gibbons o de Les Edwards, por el estilo yo hubiera apostado por el segundo pero en los créditos al final del libro nos dicen que es del primero.


También os comenté en la primera parte de la reseña que el cine lovecraftiano empezó en los años 70, pero sería a partir de los 80 cuando empezaría el boom que me ha llevado a hablaros de más de 300 películas y cortos entre la que destaca y siempre destacará la Call of Cthulhu de la HPLHS.


A pesar de que el libro se centra en los relatos de H.P. Lovecraft también podemos ver en sus páginas diverso material relacionado con otros elementos de los Mitos de Cthulhu.


Supongo que uno de los artistas predilectos de la gente de Centipede Press, los autores de este libro, sería Michael Whelan, ya que tanto la portada como la contraportada de este A Lovecraft Retrospective son suyas.


Estos autores contemporáneos tienen biografías repletas de referencias que nos sonarán a los más frikis del lugar, Ian Miller por ejemplo ilustró cartas de Magic: The Gathering, o trabajó para Steve Jackson, Games Workshop y Wizards of the Coast.


Aunque a mi por ejemplo me sorprende descubrir que colaboró con Dave McKean en su película Mirrormask, nada que ver con los Mitos de Cthulhu pero son un artista y una película que me fascinan.


Otra referencia que no puede dejar de tener cabida en las páginas de este libro es el mítico Necronomicón, de hecho las palabras que le dedica Robert M. Price son el texto más extenso que encontraremos en este volumen.


En breve subiré la tercera y última parte de la foto-reseña dedicada a este libro, donde veréis que aún quedan muchas joyitas por descubrir.

A Lovecraft Retrospective (1ª parte), A Lovecraft Retrospective (2ª parte) y A Lovecraft Retrospective (3ª parte)

2 comentarios:

gorgo dijo...

Estas comparando clásicos con obras contemporáneas. Dentro de otros setenta años... a saber.

Tristan Oberon dijo...

Cierto, pero a no ser que alguien redibuje los Mitos de Cthulhu creo que por muy al futuro que nos vayamos los autores se seguirán inspirando en esos clásicos.