Sé que no hay una fórmula que pueda darnos lo cerca de la perfección que está un libro, principalmente porque es algo subjetivo, tiene que haber una parte objetiva pero al final para gustos los colores, y si no hubiera literatura para todos los gustos no tendríamos la enorme oferta de la que disponemos hoy en día. La cuestión es que este libro, La isla de Santa Rena, escrito por Juan Carlos Merino y publicado por Letrame (218 página, rústica con solapas) se acerca bastante a lo que yo considero un libro perfecto, primero porque tanto la época en que se ambienta (1920) como la temática de fondo (lovecraftiana) me predisponen para que me guste, pero es que además el autor logra llevar con maestría a una cantidad bastante importante de personajes muy variopintos a través de una trama que te va planteando y resolviendo dudas a un ritmo endiablado. Es uno de esos libros con capítulos cortos en los que siempre te das a ti mismo uno más antes de aparcar la lectura. Me ha atrapado y me ha gustado mucho, cada día estoy más cerca de pegarme el batacazo con algún libro que me aburra, pero estoy en una racha tremendamente satisfactoria.
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